Para el cristiano, Jesucristo debe constituirse en el centro de todo. En un mundo en que
la práctica de valores se está dejando de lado, donde predomina la inversión de valores, el consumismo, la
falta
de respeto a la
persona, entre otros males que hace
de nuestros tiempos, tiempos difíciles, tenemos que
volver la mirada hacia
aquel que nos dijo: “Yo
soy el camino, la verdad y la vida” (Jn 14,6); y también manifestó: “Yo soy la luz
del mundo. El
que
me sigue no caminará en tinieblas, sino que tendrá luz y vida” (Jn 8,12).
Varios personajes han pretendido venir de de parte de Dios. Contamos con fundadores de diversas religiones. Sin embargo, sólo Jesucristo acredita
no sólo haber
venido de parte de Dios, sino que
confiesa que es el Hijo de Dios. Tal pretensión no lo ha tenido ningún ser humano. Y Jesucristo prueba su
afirmación, con
su actuar y con sus milagros. Y el mayor milagro que hizo fue
su Resurrección, tal hecho no lo ha realizado hombre jamás. Sólo Jesús de Nazaret, Dios
y Hombre verdadero pudo realizar tal
portento.
Pongo a vuestra disposición esta separata
de Teología Fundamental que pretende, en
los Estudiantes, que sepan
dar
razones de lo que creen. Espero
que les sea de utilidad para que sientan
fortalecidos y animados en
su fe.
Mg.
JOSÉ ANDRÉS CRUZADO
ALBARRÁN
Docente de la Universidad Católica de Trujillo
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